Atalanta no es uno de los clubes más ganadores de Italia, pero ha construido una historia respetable a lo largo de los años. Su trofeo más importante es la Copa Italia de 1963, un logro recordado como el primer gran salto competitivo del club bergamasco. Además, ha sido finalista en este torneo en varias ocasiones, demostrando competitividad.
En competencias internacionales, Atalanta se ha vuelto protagonista en épocas recientes. Desde finales de la década de 2010, logró participar en la UEFA Champions League con frecuencia, llegando incluso a cuartos de final y compitiendo de igual a igual con equipos históricos de Europa. Este crecimiento ha elevado su perfil y reconocimiento.
El estilo de juego moderno de Atalanta es ofensivo, intenso y vertical. Bajo la dirección técnica de Gian Piero Gasperini, el equipo se volvió característico por presionar alto, jugar rápido y priorizar la llegada constante de muchos futbolistas al área rival. Esta forma de competir ha hecho del club una referencia táctica en Italia.
Además, Atalanta se destaca por dar protagonismo al talento joven y a jugadores no mediáticos. El club suele potenciar futbolistas desconocidos o en crecimiento, quienes bajo su sistema evolucionan rápidamente y alcanzan rendimiento de élite. Este modelo ha sido clave para sostener buenos resultados con un presupuesto menor.
Atalanta es un club profundamente arraigado en la ciudad de Bérgamo y cuenta con una afición fiel y apasionada. Su identidad se basa en el esfuerzo, el trabajo duro y la superación constante, valores que lo han acompañado durante toda su historia. La institución se enorgullece de mantener una conexión directa con la comunidad local.
Otro punto emblemático es su fábrica de talentos a través del sector juvenil. La cantera de Atalanta es una de las más respetadas de Italia, y ha producido futbolistas para el club, la Serie A y selecciones nacionales. Esta cultura formativa explica gran parte del crecimiento sostenido de la institución en el fútbol moderno.