La selección de Cabo Verde, conocida como los Tiburones Azules, ha protagonizado uno de los crecimientos más notorios del fútbol africano en el siglo XXI. Su logro más importante se produjo en la Copa Africana de Naciones 2013, cuando alcanzó los cuartos de final en su debut absoluto en el torneo, superando a selecciones con mayor tradición.
Tras ese hito, Cabo Verde confirmó que no se trataba de una actuación aislada al clasificar nuevamente a la CAN 2015 y a la CAN 2023. En esta última edición, el equipo avanzó hasta los octavos de final tras finalizar invicto en la fase de grupos, consolidándose como una selección sólida en torneos continentales.
El estilo de juego de Cabo Verde se basa en un enfoque táctico y disciplinado, donde el orden defensivo y la correcta ocupación de espacios son prioridades. La selección suele organizarse en bloques compactos, limitando las líneas de pase del rival y reduciendo situaciones de desventaja, una estrategia clave para competir.
En fase ofensiva, los Tiburones Azules optan por un juego práctico y bien calculado, apostando por transiciones controladas y ataques construidos desde la paciencia. Más que dominar, el equipo busca eficiencia y aprovechar errores rivales, una fórmula que le ha permitido sostener resultados positivos en eliminatorias.
La Federação Cabo-verdiana de Futebol es el organismo encargado de regular el fútbol masculino en el país. Fundada en 1986, la federación está afiliada a la FIFA y a la CAF, y administra tanto la selección nacional como las competiciones locales, siendo un pilar fundamental en la organización del fútbol caboverdiano.
En los últimos años, la FCF ha apostado por la estabilidad institucional y la continuidad en los procesos deportivos, factores determinantes para el crecimiento de Cabo Verde a nivel internacional. La planificación a mediano plazo, junto con una mayor exposición competitiva en África, ha permitido que la selección mantenga regularidad y credibilidad.