La Liga de las Excusas: Cuando Perder Siempre Tiene Culpables
De lo que se trata ahora es de victimizarse. Aunque, pensándolo bien, esto no es nada nuevo. En el fútbol peruano, quejarse, acusar y buscar culpables externos es casi una tradición tan arraigada como el mismo amor por la camiseta.
Los de Universitario sienten que todos están en su contra; los de Alianza Lima sospechan que hay intereses ocultos moviendo los hilos para perjudicarlos; los de Sporting Cristal se lamentan por el trato desigual que dicen recibir… y así podríamos seguir con los demás clubes. En cada esquina hay una historia distinta, pero el libreto es siempre el mismo: “nos están robando”.
Lo curioso —y preocupante— es que todos se sienten víctimas de las mismas autoridades, cuando buena parte de los problemas que enfrentan son generados por ellos mismos.
No se trata de defender a la FPF ni de afirmar que el fútbol peruano está siendo conducido con brillantez —porque evidentemente no lo está—, pero escuchar a los dirigentes defender sus intereses de manera tan infantil y repetitiva resulta desgastante.
Mientras tanto, en Videna deben respirar tranquilos. Porque en medio de tanto ruido y tanta acusación cruzada, se instala la idea de que no hay favoritismos, sino simplemente un caos que nos alcanza a todos por igual. En buen criollo: el piso está parejo, pero de tan chueco que está, todos se caen.
Y aquí viene la reflexión inevitable: ¿No es momento de mirar hacia adentro y preguntarnos qué estamos haciendo mal? ¿No sería más útil analizar nuestros propios errores —logísticos, deportivos, institucionales— antes de apuntar con el dedo?
Pero eso, claro, no va a pasar. Porque en el Perú es más fácil acusar que corregir. Es más cómodo gritar “nos están robando” que revisar por qué tu defensa se desordena como rompecabezas mal armado o por qué tus juveniles no despegan.
El campeonato profesional 2025 entra a su recta final y las quejas, como siempre, aumentan en volumen. Cada fecha es un nuevo capítulo del mismo drama: árbitros, fixture, sanciones, horarios, canchas, hasta el color de los banderines. Todo es motivo de polémica.
Y sí, vendrán más reclamos, porque en el fútbol peruano, cuando no se gana, la culpa siempre es del otro.